miércoles, mayo 17, 2006

Instrucciones para llorar (mi tributo a Cortázar)

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena eneérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.
Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Julio Cortázar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué pensaría Cortázar sobre algo como esto. Seguro escribiría un cuento para burlarse, tal vez descubriese que la mitad de quienes aparecen aquí ni existen, o existieron, o tal vez existirán. Sus famas y cronopios no lo pueden creer, ya están iniciando un plan para escribir una versión apócrifa cibernética del Quijote; para vender afuera, como original, pues saben que aquí todos conocen al autor verdadero. Persiguen un fin lucrativo, así que están apurando los trámites. Quieren patentar una mostaza que no manche para los panchos del Mundial de Alemania. Hay que ver con estas criaturas y criaturos.
Gracias Julio, por tanta magia, por tantos sueños en tus letras, por tanta integridad entre el hablar y el obrar. En fin, por ser el rey de los cronopios. cronopios.